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The91Druid
LA ODISEA
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LA ODISEA,
The91Druid
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Familia, hogar y riquezas dejé atrás
y a la gran batalla me aventuré.
En Troya una guerra surgió,
la produjo una historia de amor.
Allí junto a héroes luché,
hijos de Dioses: Héctor y Aquiles,
nuestra ciudad perdída parecía
cuando en mí una idea surgió:
mandé construir con madera un caballo
y dentro de él metímonos soldados,
y al anochecer nuestra nación se hizo mayor.
Mas no hice sacrificio a ningún Dios:
"Ésta guerra la ha ganado un hombre,
ese hombre soy yo".
"Por tu falta de honradez
en el camino te has de perder;
derivarás en la mar
y núnca volverás a tu hogar".
No me arrepentí y a la mar me aventuré,
junto a mis hombres a la ísla de un gigante llegué.
En una cueva nos acomodamos,
comida y bebida allí encontramos
pero llegó él: gigante de un solo ojo, un cíclope!
"Polifemo, por favor, no nos causes dolor.
Mira ésto, te traemos una poción"
Borracho lo dejamos con gran cantidad de alcohól
y mientras él dormía álguien con una estaca su ojo cegó.
Pero una voz en el eco surgió:
"Por tu falta de honradez
en el camino te has de perder;
derivarás en la mar
y núnca volverás a tu hogar".
Tras aventuras a otra ísla llegué:
era de una bruja, por nombre Circe.
"Pasa aquí una noche y disfruta de nuestra hospitalidad,
ven con nosotras y no te arrepentirás".
Yo la creí y con ella aventuré
pero lo que allí fue una noche, fueron diez años fuera del lugar aquel.
Mientras, en mi hogar todo iva mal:
mi mujer a otro hombre debía buscar
para en el futuro con él poderse casar.
Mi joven hijo no lo aceptó
y a aquellos hombres se enfrentó:
"Mi padre no está muerto, os lo demostraré yo."
El Dios del viento, Eolo, me quiso ayudar:
en un saco metió el viento malo
lo cual ayudaría a no desviarme en la trayectoria del mar.
Mis hombres creyeron que en el saco habían joyas, nada más,
cuando me dormí lo abrieron y el viento enfureció al mar.
"Por tu falta de honradez
en el camino te has de perder;
derivarás en la mar
y núnca volverás a tu hogar".
"Palabras tan ciertas nunca podré escuchar"
Comencé a arrepentirme y a preguntar:
"Dioses de Grecia, ¿Me podéis ayudar?
Mis hombres están cayendo y yo ya no quiero continuar".
Fui al Tártaro a un hombre buscar,
pues él era el único que me podría ayudar.
"En un viaje peligroso te debes adentrar
y cuando éste termines estarás en tu hogar."
En éste viaje muchos de mis hombres cayeron,
quedábamos muy pocos y yo sentía miedo.
"Dioses de Grecia, sed misericordiosos,
el hombre no es nada sin vosotros"
"Eso queríamos oir, ahora tu viaje podrá tener fin."
Llegué a mi hogar tras muchas penurias,
Atenea de anciano me disfrazó y ví la situación de mi reino.
Nunca antes lo ví tan destrozado,
sentí rabia: todos ellos de mí se han olvidado.
Cuando por fín vieron mi forma real
todos ellos me quisieron matar,
mas no se acordaban de que yo no tenía rival.
A todos ellos me tuve que enfrentar
y por fin recuperé mi familia y mi hogar.
Mi nombre es Ulises y éste ha sido mi viaje, mi odisea.
espero que con mi historia halláis aprendido una gran lección:
"El hombre no es nada sin la ayuda de ningún Dios".
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Familia, hogar y riquezas dejé atrás y a la gran batalla me aventuré. En Troya una guerra surgió, la produjo una historia de amor. Allí junto a héroes luché, hijos de Dioses: Héctor y Aquiles, nuestra ciudad perdída parecía cuando en mí una idea surgió: mandé construir con madera un caballo y dentro de él metímonos soldados, y al anochecer nuestra nación se hizo mayor. Mas no hice sacrificio a ningún Dios: "Ésta guerra la ha ganado un hombre, ese hombre soy yo". "Por tu falta de honradez en el camino te has de perder; derivarás en la mar y núnca volverás a tu hogar". No me arrepentí y a la mar me aventuré, junto a mis hombres a la ísla de un gigante llegué. En una cueva nos acomodamos, comida y bebida allí encontramos pero llegó él: gigante de un solo ojo, un cíclope! "Polifemo, por favor, no nos causes dolor. Mira ésto, te traemos una poción" Borracho lo dejamos con gran cantidad de alcohól y mientras él dormía álguien con una estaca su ojo cegó. Pero una voz en el eco surgió: "Por tu falta de honradez en el camino te has de perder; derivarás en la mar y núnca volverás a tu hogar". Tras aventuras a otra ísla llegué: era de una bruja, por nombre Circe. "Pasa aquí una noche y disfruta de nuestra hospitalidad, ven con nosotras y no te arrepentirás". Yo la creí y con ella aventuré pero lo que allí fue una noche, fueron diez años fuera del lugar aquel. Mientras, en mi hogar todo iva mal: mi mujer a otro hombre debía buscar para en el futuro con él poderse casar. Mi joven hijo no lo aceptó y a aquellos hombres se enfrentó: "Mi padre no está muerto, os lo demostraré yo." El Dios del viento, Eolo, me quiso ayudar: en un saco metió el viento malo lo cual ayudaría a no desviarme en la trayectoria del mar. Mis hombres creyeron que en el saco habían joyas, nada más, cuando me dormí lo abrieron y el viento enfureció al mar. "Por tu falta de honradez en el camino te has de perder; derivarás en la mar y núnca volverás a tu hogar". "Palabras tan ciertas nunca podré escuchar" Comencé a arrepentirme y a preguntar: "Dioses de Grecia, ¿Me podéis ayudar? Mis hombres están cayendo y yo ya no quiero continuar". Fui al Tártaro a un hombre buscar, pues él era el único que me podría ayudar. "En un viaje peligroso te debes adentrar y cuando éste termines estarás en tu hogar." En éste viaje muchos de mis hombres cayeron, quedábamos muy pocos y yo sentía miedo. "Dioses de Grecia, sed misericordiosos, el hombre no es nada sin vosotros" "Eso queríamos oir, ahora tu viaje podrá tener fin." Llegué a mi hogar tras muchas penurias, Atenea de anciano me disfrazó y ví la situación de mi reino. Nunca antes lo ví tan destrozado, sentí rabia: todos ellos de mí se han olvidado. Cuando por fín vieron mi forma real todos ellos me quisieron matar, mas no se acordaban de que yo no tenía rival. A todos ellos me tuve que enfrentar y por fin recuperé mi familia y mi hogar. Mi nombre es Ulises y éste ha sido mi viaje, mi odisea. espero que con mi historia halláis aprendido una gran lección: "El hombre no es nada sin la ayuda de ningún Dios".
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