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Le canta al suicidio de alguien que se tira por la ventana, "salgo volando, por la ventana", explota su cabeza al caer al piso.
Puesto #1
La canción cuenta de un fantasma (o el Alma) de un chico que murió y le habla a su ¿ex novia? La muerte parece violenta, tal vez un accidente, pero por todo el contexto nos arriesgamos a suponer que se suicidó con un disparo:
"?Floto en el aire desde esta tarde,
cuando mi cabeza explotó?"
Es verdad que la frase "mi cabeza explotó" puede hacer mención a un aneurisma cerebral o también una metáfora de un colapso mental, pero el contexto cultural (el texto nos habla de una barriada popular, madre que cocina fugazzeta, los nombres: Yolanda, Pocha) nos inclina a pensar en descripciones más directas y menos comparativas.
Tal vez esta decisión sea producto de haber descubierto que su novia ya no lo quería, un descubrimiento doloroso:
"?Y veo, y vuelo. Y veo, y vuelo."
"?Ya no me duelen todas las cosas que ayer me podían molestar?"
Pero ante todo, es un fantasma de buen corazón:
"?Y dale para adelante con el pibe de a la vuelta?"
El ya no está, por eso la alienta a que rehaga su vida.
¿Habrán sido amigos entre él y el pibe de a la vuelta?
Los imagino buenos amigos, a los tres, intuyo tardes de verano jugando a la pelota, noches de primavera con escondidas y primeros besos.
A pesar de la tristeza final:
"?Y lloro (y lloro) un poco (un poco)?"
Claramente amortiguada por el "?un poco?", hay un matiz de alegría, de descubrimiento:
"?que a la tarde te pasó a visitar?"
En resumen, hay un fantasma que nos dice:
"?Yo te sigo esperando?"
mientras pasea con su abuela Yolanda y juega al ajedrez con el marido de Pocha, el no se desespera porque:
"? nada me apura y algún día todos vienen para aca?"
Dicen que algunas tardes se encuentra para bailar entre las colinas con otro muchacho que dice ser un Rey, que tenía cien capas de seda fina y una mansión que ahora está en cenizas.