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¡Esa casa existió! Era de un amigo mío que es un artista plástico, Roy Macintosh, un muchacho que paraba con nosotros en el bar La Perla, en Corrientes y Montevideo. Era uno de los lugares donde me encontraba con la bohemia artística. Recuerdo que un día estábamos ahí y apareció Marcela Pascual, la compañera de Tanguito, con Roy. Vinieron y dijeron: "Vamos a la casa que alquilamos en Monte Grande, los invitamos a todos". En la mesa estábamos una banda de amigos: Tanguito, Pappo, yo y un montón de gente más. Y nos fuimos a esa quinta hermosa que habían alquilado, que tenía la entrada en diagonal por la esquina, con 5 pinos de cada lado: ¡era una casa con diez pinos! Tenía una hectárea de parque, así que había rincones de sobra. Eramos un grupo de artistas y estábamos todos solitos por ahí pintando, escribiendo o haciendo música, y después nos juntábamos todos en la casa. Yo me fui con mi guitarra abajo de un árbol, me llevé un vinito y, mientras lo tomaba, me puse a escribir la canción solito, tranquilo. Ahí terminé de escribir la letra, porque ya tenía la forma, estructura de acordes y melodía más o menos hecha. Tiene una influencia musical de las baladas de Otis Redding, como "Sentado en el muelle de la bahía", que siempre me impresionaron mucho. Comencé con la primera frase: "Una casa con diez pinos, hacia el sur hay un lugar", describiendo la situación. La canción es la reivindicación del tipo urbano que está un poco saturado de la ciudad y de respirar humo, que va un día al campo y se enamora del verde, redescubre lo que significa respirar oxígeno y tomar agua. Digamos que es una reivindicación bucólica. Esa noche que la terminé, nos guardamos adentro de la casa alrededor del hogar, porque era invierno, y después de cenar todo el mundo se mostró lo que había creado. Los pintores nos mostraban sus telas, los que escribían sus textos, sus poemas o prosa, y los compositores mostrábamos nuestras canciones. El tema les encantó. Fue una gran experiencia. Siempre les voy a agradecer a Marcela y a Roy por haberme invitado. Nunca había estado en un grupo de artistas que conviven en una casa y crean todos juntos. Se genera un espíritu de acumulación y una energía redoblada. Fijate que los grandes movimientos artísticos nacieron de grupos, y ésos son los que cambian la historia. El grupo de gente que se conformó en La Cueva fue producto de varios compositores y cantautores. Un tipo no crea nada, ¿viste? En la historia están las grandes figuras, pero si Julio César atravesó el Rubicón fue porque estaba el ejército atrás. Si dice "¡Vamos!" y atrás no hay nadie, por más Julio César que sea, ¡no pasa nada! Es así.
Puesto #1
Puesto #1 Algo había dicho alguna vez Javier Martínez al respecto, más allá del hecho de que la casa mencionada haya existido o no, que esta canción expresa la necesidad de tomarse un tiempo de la ciudad con sus ruidos de vez en cuando, y poder respirar aire y sentir lo que es vivir lejos de todo lo urbano que suele rodearnos.